El cine es un lugar estupendo para desconectar del mundo (y para conectar), ya sea viendo una buena, regular o mala película, o durmiéndotela plácidamente.
Somos tres desmemoriados voyeurs del cine que van un par de veces por semana a ver películas en pantalla grande (el tamaño, sí importa, señoras y señores exhibidores).
Ese déficit memorístico nos ha llevado, precisamente, a decidirnos por hacer un diario de nuestra experiencia como mirones.
Aprovechamos para dar las gracias a Carlos Boyero por habernos inspirado el nombre.
Les rogamos desconecten sus dispositivos móviles.
¡Y que no ronquen demasiado fuerte!